Una singular coincidencia: prórroga a Saludcoop y aprobación del PND
Una singular coincidencia tuvo lugar con el anuncio, por parte de la Superintendencia de Salud, de la prórroga de la intervención de Saludcoop por otros ocho meses y la reciente aprobación por el Congreso de la República del articulado del Plan Nacional de Desarrollo.
La EPS Saludcoop, que representa el 20% del aseguramiento en el país, fue intervenida en mayo de 2011 debido a su precaria situación financiera. Desde aquella fecha la intervención ha sido objeto de varias prórrogas. Sin embargo, el superintendente nacional de salud, Dr. Norman Julio Muñoz, aseguró el pasado viernes 8 de mayo que “[e]sta es la última prórroga para Saludcoop. En estos más de seis meses hemos venido estructurando una solución integral del tema, porque ya tenemos los elementos suficientes para pasar a las decisiones definitivas”1.
El superintendente puntualizó que las medidas involucran cuatro aspectos: “no se devolverá la EPS a sus antiguos dueños, se mantendrá la prestación de servicios a todos los afiliados, se garantizará el trabajo a todos sus empleados, y reconocerán y saldarán todas sus acreencias”2. Es justamente en este primer punto en el que la aprobación del Plan de Desarrollo Desempeña un papel fundamental.
El artículo 69 de esta ley estipula el fortalecimiento de algunas de las competencias de la Superintendencia. De esta manera podría “obligar a la fusión de entidades, entregárselas en administración a una fiduciaria u obligarlas a ceder activos y pasivos”3. Estas nuevas competencias resultan particularmente atractivas, dado que amplían el campo de acción de la Superintendencia, entidad que en la actualidad solo tiene dos opciones frente al caso de Saludcoop: liquidarla o devolverla a sus antiguos dueños.
Por otra parte, el Plan permitiría a SuperSalud transformar a esta EPS de una cooperativa a una sociedad anónima, lo que “le quitaría el poder que mantienen sus antiguas cabezas lideradas por Carlos Palacino gracias a las normas de las cooperativas”4.
Parecería entonces que las EPS son las grandes perdedoras con la aprobación del PND, ya que adicionalmente les quita una de sus más polémicas funciones: la administración de recursos millonarios. Con la creación de Unidad de Gestión, los dineros de la salud llegarían directamente a los hospitales sin la intermediación de las EPS. Así, se “elimina una de las causas para que los hospitales públicos se demoren tanto en recibir la plata, pues a la Unidad no le interesa demorar los pagos mientras que las EPS se quedan con los rendimientos del dinero si se demoran”5.
No obstante, el doctor Eduardo Guerrero Espinel, docente de la Facultad Nacional de Salud Pública, de la Universidad de Antioquia, opina que la Unidad de Gestión podría suscitar una desarticulación entre el aseguramiento y los ideales de la salud pública, en tanto que esta Unidad no se encargaría de la afiliación, la recaudación o el aseguramiento. En palabras de Guerrero, “si la Unidad es entregada al poder del sector económico financiero, este hecho será mucho más intenso por la incomprensión de este grupo con los principios y valores de la salud pública y el derecho fundamental a la salud”6.
Por otra parte, Guerrero desconfía de las nuevas potestades de la Superintendencia, en especial de la relacionada con la transformación de las EPS en sociedades anónimas. A su juicio, el principio de rentabilidad de estas instituciones se mantiene intacto, mientras que, de otro lado, recuerda que el artículo 72 del PND “autoriza recursos para los procesos de administración y liquidación de Empresas Sociales del Estado, ESE”7.
En consecuencia, las nuevas funciones que el PND otorga a la Superintendencia estarían orientadas a solventar las dificultades en materia financiera de las EPS. Sin embargo, de acuerdo a la argumentación de Guerrero, dichas soluciones no tomarían en cuenta los problemas estructurales que en términos de salud pública aquejan a nuestros Sistema de Salud.
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